lunes, 29 de abril de 2013
















Lo que me dijo una vez en México un político del PRI:
“SI LLEGO A LA PRESIDENCIA, TU SERAS MI SOCIO”.
En estos días en que se habla tanto de corrupción en nuestro país, me vinieron al recuerdo, aquellos tiempos en que fungía como “asesor” de un importante político mexicano. Jerónimo Díaz Torres, era un gran amigo mío, hombre brillante, intelectual distinguido y poseía una capacidad ilimitada para “hacerse” de amigos del poder. Vivía en la ciudad de Cuernavaca y nos conocíamos desde 1961 en que yo había llegado por primera vez a México y él, acababa de ganar el Premio Nacional de Oratoria, en el Palacio Nacional de Bellas Artes de la capital azteca. Éramos muy amigos. Yo lo admiraba por su talento, pero más por sus grandes y extraordinarias condiciones humanas, el “me admiraba” por algunas de mis escasas virtudes, que se agigantaban por el solo hecho de ser argentino y haber sido amigo de Perón. (Me contaba, que el general Lázaro Cárdenas, de quién era su amigo, le había hablado mucho del gobierno y la política de Perón en Argentina) Nos dejamos de ver por muchos años. Mi vida de trashumante, me llevó por otros países y por otros caminos, pero un día estando ya de regreso definitivo (?) en Argentina, viajo a México en 1987 por un tema relacionado con la producción de frijoles (porotos) en Argentina para México. Casi por casualidad, nos volvimos a encontrar después de muchos años, él era ya, un floreciente empresario especializado en el desarrollo de viviendas y grandes  urbanizaciones en Cuernavaca y en Acapulco. Pero lo más importante, era que tenía una aceitada relación con casi toda la cúpula política del PRI (Partido Revolucionario Institucional) ese mítico grupo político, originado con la Revolución Mexicana y que se había mantenido en el poder por más de 70 años. Su gran alegría fue no solo verme, sino lo que significaba para él la oportunidad de “llevarme y presentarme a los hombres más importantes del PRI”. Esa misma tarde, “me llevó” a la residencia de Margarita López Portillo, hermana del anterior presidente y una de las mujeres con más poder político en México. Desde ese momento, como por arte de magia, cambió radicalmente toda la vida para mí: en menos de un mes, estaba viviendo con toda mi familia en Cuernavaca. Los entretelones de esta historia, tienen una riqueza de matices que rayan entre el absurdo y el delirio, pero solo he de centrarme a contarles lo más medular del caso para no distraer el hilo del relato.
Lo cierto es, que en menos de 90 días, yo tenía en una de las dependencias de la Dirección del PRI, mi escritorio privado, dos secretarios, 5 líneas de teléfono y automóvil con chofer a mi disposición. (Había también dentro del edificio otro (rancio) argentino importante, que solo tres veces se cruzara conmigo, cuyo hijo hoy, es un alto funcionario del gobierno argentino) Los ideólogos y arquitectos de esta endemoniada trama fueron Jerónimo Díaz, Margarita López Portillo, Claudio Farías y Luis O. M., este último, uno de los dos hombres “designados” que supuestamente yo tendría que “asesorar” para llegar a la presidencia de México. Por lo colegido, y sin esto, llegar a ser demasiado importante, se ve que a los dos “candidatos” le había hablado mucho de mi persona; lo entendí en el momento en que fui presentado: “A ti te conozco como si fuera desde hace mucho tiempo, eres el hombre que “me andaba” haciendo falta” Se adelanta, me da un fuerte abrazo y me dice: “Amigos… ¿para toda la vida?” “Míra “mano” (por hermano) yo estoy empeñado “en este cuento” de llegar a ser el Presidente de la República, “tú, desde horita” será mi asesor, si llego al cargo, ya no serás más mi asesor, será mi SOCIO”. Si “mano” en la política mexicana hace falta mucha, mucha “lana” (dinero) para controlar todo el poder y como no es necesario robárselo a nadie, con que yo te señale las obras que vamos hacer y donde, lo demás corre por mi cuenta. Así que desde “horita” estaté muy “trucho”(avivado) y ha “jalar parejo” (tirar duro) porque camarón que se duerme, se lo llevan los gringos “mano”…No es necesaria mucha inteligencia para imaginar que en todas partes es igual la cosa; personalmente, conozco varias por el estilo y no me las han contado, las he visto en la Venezuela de Pérez Jiménez, el la Guatemala de Ydígoras Fuentes, en la Costa Rica de Figueres, en la Dominicana de Trujillo, en la Panamá de Torrijos, en la brasilera de Lula y hasta en la “inmaculada” de Alfonsín, entre otras… !En todas partes se cuecen habas! La corrupción dentro del poder, no escapa (ni escapará) a ningún gobierno del planeta por más cacareada que sea su mentada transparencia. Quién se rasgue escandalosamente “las vestiduras” denunciando supuestos hechos de corrupción, es porque es un imbécil o es un corrupto más grande de lo que él mismo, denuncia. ¿Qué hay que aceptarlo? !Eso es otra cosa! Desafío a quién quiera aceptarlo, que me demuestre, que hay en algún lugar del mundo, una gobierno tan pulcro, en donde no haya implícito algún negociado. !NO EXISTE! Y si vos, que me está leyendo, llegaras al poder, harías lo mismo… ASI QUE NO JODAN… con querer inventar otra vez el hilo negro… lo inventaron los Caldeos hace más de 10.000 años…









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