jueves, 28 de febrero de 2013



























¿POR QUE LA REVISTA “LIFE” ME HIZO UN REPORTAJE EN MÉXICO?
Reynoso: ¿Por qué fanfarronea tanto? -seguramente y con bronca se preguntaran algunos. !Y tienen razón! Sobre todo, si son aquellos de los que nunca han hecho nada en la vida y se sienten molestos por estos relatos de mis andanzas por el mundo. Pero yo tengo la culpa, de haberme pasado la vida, tratando de hacer cosas útiles que pudieran beneficiar a los demás. Era el mes de julio del año 1966, había llegado a México derrotado, nuestro diario “Palabra Argentina” que sacáramos con Alejandro Olmos, Arturo Jauretche, el general Raúl Tanco y otros, había sido cerrado por la presión del gobierno de Arturo Ilía y porque se me había acabado la plata. México, como siempre, me recibió con su calidez inconfundible y abrigó una vez más mis pobrezas y mis tristezas en una época difícil de mi existencia. !Había que seguir viviendo! ¿Qué hacer para sobrevivir con dignidad en tierra extraña? ¿Trabajar en qué, sin “papeles, sin residencia legal, sin amigos que me pudieran ayudar nada más que por apenas unos días? Una vez más, la pintura fue mi tabla de salvación y es aquí, donde realmente comienza esta historia. La ciudad de Puebla está a unos 100 Km. de la ciudad de México. Es una ciudad colonial por excelencia, llena de tradiciones ancestrales y su población es extremadamente celosa de su acervo, de sus costumbres religiosas y sobre todo de su historia, por lo tanto, penetrar en sus intimidades es una tarea difícil, si no imposible, sobre todo si se trata de un extranjero. Mi elección fue hecha al azar, bien pudo haber sido otra la elegida, pero fue esta por su cercanía con la capital y por la posibilidad de trasladarme hacia ella en ómnibus de manera lo mas barato posible. Llegué con mi “frondoso álbum” de recorte periodísticos, que eran mis testimonios de otras acciones similares realizadas previamente por Latinoamérica y que relataré otro día en estas entregas. Me presenté en las oficinas de la “Cámara Juniors” y les propuse a sus directivos, realizar un “ MARATÓN DE PINTURA” pintando sobre el pavimento la historia de La Pasión de Cristo, durante más de 100 horas sin dormir, en el lugar más céntrico de la ciudad; de ser posible, frente mismo a la Casa de Gobierno para recaudar fondos y comprarle zapatos a más de 5000 niños que iban descalzos a la escuela. El revuelo provocado por tan demencial idea, hizo temblar los cimientos de esa sociedad conservadora acostumbrada a esconder sus verdaderos problemas sociales con un manto de frivolidad. Intervinieron, y debieron “presionados” unirse a nosotros, desde el obispo de la Catedral, (que daría su bendición al iniciar el acto) el gobernador, el Club Rotario, el Club de Leones y todas esas sociedades fantasmas que nunca hacen nada, pero que se “prenden” en todas cuando alguien trata de hacer algo importante. ¿La razón de tanta adhesión? Es que nadie se podía oponer y mucho menos estar en contra de la idea: !Porque quedaría en evidencia! El “propósito eran tan noble” que se vieron de pronto envueltos en una vorágine de bondad y “descubrieron” que miles de niños iban descalzos a la escuela “y nadie lo sabía”… La sociedad se sintió “tocada” y respondió con generosidad increíble; las colectas organizadas por la distintas instituciones fueron abundantes y mientras yo iba dándole forma al enorme y gigantesco mural sobre el pavimento, se volcaron millares de personas que me acompañaron día y noche durante el evento que duró más de 125 horas sin dormir. Pero cosechar esos extraordinarios resultados, no fue fácil y detrás de ese slogan, que aparentemente fue inventado por casualidad y que clamaba “NO MAS NIÑOS DESCALZOS” había escondido un trabajo de hormiga, una tarea silenciosa que implicó desarrollar toda un estrategia sin elementos disponibles a la mano en un medio lejano, hostil y extraño a mis elementos. Lo tomé como un juego, como un desafío y una provocación. Lo había hecho unos meses antes en Argentina, dentro de otro medio hostil también, como era hablar del Peronismo en 1965, plena época de proscripción y cuando el Peronismo estaba “fuera de la ley” durante el gobierno del llamado “demócrata presidente Radical Arturo Illia” que hoy tantos tontos quieren estúpidamente ejemplarizar. Hice el Maratón, pinté y pinté GRATIS por casi una semana sin dormir (ahí están las fotos y los testimonios) la superficie de la calle principal en la cuidad de Puebla quedó teñida con mis colores, mis figuras y mis enormes trazos; calle que había sido cortada al tránsito vehicular por 5 días, para que los niños pobres de Puebla no fueran más descalzos a la escuela. Lo directivos de la Revista “LIFE” en México, primero no me quisieron recibir, luego no me creyeron lo que iba a hacer sobre el pavimento, pero cuando le extendí mis bocetos en el piso de su oficina al director y le expliqué el motivo de la propuesta, se entusiasmó tanto que nos mandó un periodista y un fotógrafo de planta para “que cubriera todo el evento”. Se cumplieron ampliamente todos las metas trazadas, la recaudación fue mayor a la prevista, se compraron como 6 mil pares de zapatos, “me regalaron” diez mil pesos mexicanos (unos 800 dólares) y éste  argentino, al que le entregaron placas, pergaminos y recibió varios homenajes de gente muy importante de Puebla, solo recuerda a la gente humilde, aquella que llorando me agradecía y traía por la noches frías cuando pintaba, termos con café caliente y muchas serenatas cantadas por de tríos, con su música inolvidable. ¿Qué les pareció la historia de hoy, una verdadera locura verdad…?

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